Sócrates
470 AC-399 AC. Filósofo griego.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.
Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta.
Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.
Habla para que yo te conozca.
La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
Yo sólo sé que no sé nada.
Mi consejo es que te cases: si encuentras una buena esposa serás feliz, si no, te harás filósofo.
Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia.
Un hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta a la amistad.
No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.
Reyes o gobernantes no son los que llevan cetro, sino los que saben mandar.
Temed el amor de la mujer más que el odio del hombre.
La única cosa que sé es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.
Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no.
El grado sumo del saber es contemplar el por qué.
La hermosura es una tiranía de corta duración.