Sigmund Freud
1856-1939. Medico y neurólogo austriaco, fundador del psicoanálisis.
La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mi.
El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido.
El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización.
Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.
Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.
Un buen día, echando la vista atrás, se dará usted cuenta de que estos años de lucha han sido los más hermosos de su vida.
Ningún crítico es más capaz que yo de percibir claramente la desproporción que existe entre los problemas y la solución que les aporto.
El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido.
El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización.
Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.
Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.
Un buen día, echando la vista atrás, se dará usted cuenta de que estos años de lucha han sido los más hermosos de su vida.
Ningún crítico es más capaz que yo de percibir claramente la desproporción que existe entre los problemas y la solución que les aporto.
Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.
La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino.
No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre.
Como a nadie se le puede forzar para que crea, a nadie se le puede forzar para que no crea.
Sería muy simpático que existiera dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista.
Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.
He sido un hombre afortunado; en la vida nada me ha sido fácil.
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